Contaminación por purines de las fuentes de Osona y el Lluçanès en 2020

El Grupo de Defensa del Ter desde hace 19 años que analiza los nitratos de las fuentes de la comarca de Osona y del Lluçanès, y este año una de estas fuentes ha batido el récord histórico de nitratos. El muestreo ha sido posible gracias a 53 personas voluntarias del Grupo de Defensa del Ter han visitado 164 fuentes, 13 de las cuales no manaban. La media de nitratos ha estado de 72 mg/l, toda vez que la OMS (Organización Mundial de la Salud) fija el límite de potabilidad por nitratos en 50 mg/l. El valor medio de este año es ligeramente inferior al del año 2019, que fue de 76 mg/l, a pesar de que la diferencia no es bastante significativa para suponer que ha habido un descenso real en la contaminación. Seguimos con casi la mitad de las fuentes contaminadas, concretamente el 45%.

La “fuente del hambre” de Calldetenes con 492,2 mg/l de nitratos ha sido la más contaminada de este año, batiendo el reord histórico desde el 2002, seguida de dos fuentes ya habituales en el podio, la fuente de Gallisans, junto con la de Santa Cecília de Voltregà, con 465,8 mg/l, y, en tercera posición, la fuente del Cassanell, en Taradell, con 344,80 mg/l. El año pasado el primer premio fue para esta última fuente, que llegó a los 456,8 mg/l. Este año, pero, la fuente del hambre casi toca los 500 mg/l de nitrato, un valor 10 veces superior al que recomienda la OMS para el consumo humano. Se trata indiscutiblemente del valor más alto que hemos encontrado en 19 años de muestreo de las fuentes

Hemos analizado el histórico de datos desde el año 2002 y el segundo valor más alto en la serie lo encontramos en un registro de la fuente de los Enamorados, de Manlleu, que el 2005 contenía 466,4 mg/l de nitratos. Esta fuente fue mejorando ligeramente en su estado hasta que el 2009 dejó de manar, a raíz de unas obras.
 Y vuelve a ser en el muestreo de 2020 en que observamos el tercer valor más alto registrado en el histórico, con 465,8 mg/l en la fuente de Gallisans, de Santa Cecília de Voltregà. El cuarto valor más alto de nitratos en el histórico es de 456,9 mg/l para la fuente de Cassanell, de Taradell, el 2015. Recordamos que esta fuente ocupa la tercera peor posición el 2020 y tiene un histórico nefasto de valores constantes altísimos de contaminación. Por otro lado, hay 10 municipios que nunca han presentado contaminación en las fuentes analizadas, mientras que en 17 municipios siempre ha habido alguna fuente contaminada.

Estos resultados nos hacen plantear, un año más, que las “soluciones mágico-tecnológicas” propuestas por la Administración como panacea para esta problemática no han servido para solucionar la problemática medioambiental. Aunque sí que han servido a los industriales para abrir más y más macro granjas, hasta llegar a una situación que nos parecería imposible si no fuera porque la vivimos. Compartimos la comarca con 1.000.000 de cerdos, mientras que, de acuerdo con las tierras de cultivo disponibles, sólo podría haber la mitad. Unas tierras de cultivo que se consideran necesarias para las granjas, pero no para cultivar la comida, sino para verter los purines. Se trata de vertederos de residuos: la comida de los cerdos viene de fuera, la carne marcha en exportación y se quedan los purines. Y todavía nos dicen que es un recurso. ¿Vivimos en la abundancia, pues? En la abundancia de la externalización de un sector. Se nos mean encima y dicen que llueve.

Creemos que con la actual situación de pandemia es un buen momento para reflexionar en la manera de cambiar de dirección, aunque para hacerlo empezamos por el principio. ¿De dónde nacen las pandemias como la Covid19? Nos podríamos fijar en algunos datos muy inquietantes, como el hecho que actualmente el 60% de los mamíferos de la tierra son animales de granja (mayoritariamente macro granjas), el 36% somos humanos y solo el 4% restante son animales salvajes. Estos números nos indican que estamos destruyendo e invadiendo masivamente los ecosistemas que sustentan la vida salvaje y que, por lo tanto, estamos debilitando la biosfera de la Tierra, de la cual formamos parte. Estos días se han publicado varios artículos, algunos de los cuales sitúan el origen del virus en la intrusión de los humanos en la vida salvaje y otros, en la ganadería industrial

Viendo los datos anteriores, queda patente que casi dos tercios de los animales de la Tierra viven en granjas industriales, en espacios muy reducidos donde los animales están en un estrés constante. Se trata de ambientes donde las infecciones víricas y bacterianas se ven favorecidas, con diversos agravantes. El primero es que los virus y bacterias necesitan muy poco tiempo para mutar (evolucionar), y el segundo es que estos animales viven sobremedicados, justamente porque viven en un caldo de cultivo. Los antibióticos que toman acaban generando resistencias bacterianas, es decir, las bacterias evolucionan y los antibióticos dejan de ser efectivos para hacerles frente.

Esta situación de favorecimiento de la pandemia que se vive dentro de las granjas industriales podría parecer que es solo la pesadilla de la ganadería intensiva. Pero no nos confundamos, la pesadilla no acaba a las macro granjas, puesto que los humanos y los cerdos sufrimos dolencias similares, por lo tanto, estas bacterias resistentes nos pueden atacar también a nosotros. Desde el Grupo de Defensa del Ter creemos que con esta crisis sanitaria queda patente que hace falta un cambio de rumbo que pasa por la soberanía alimentaria y para dar valor al pequeño campesinado arraigado en el territorio, abandonando las prácticas de agricultura y ganadería intensiva que tanto mal están haciendo al medio, y por tanto, a nosotros mismos.

Traducción al español de un artículo en catalán del Grupo de Defensa del Ter