La voracidad energética y el litio de Cáceres contra el agua, las leyes y la gente

Plataforma Salvemos la Montaña de Cáceres, 1 de abril de 2024

Resumen de la situación del proyecto de mina de litio en Cáceres

El proyecto de mina de litio San José de Valdeflorez, a menos de 2 kms de la ciudad de Cáceres, de 100.000 habitantes, ilustra a la perfección la perversión de una parte de las instituciones públicas y la política que antepone el lucro a corto plazo de la minería y sus tentáculos en la sociedad, frente a la seguridad del suministro de agua, su reconocimiento y protección. Se dió a conocer en la ciudad en 2017, junto a diferentes errores en la tramitación administrativa por la que se les otorgaban permisos de investigación.

Se recurrieron las resoluciones y la justicia dió la razón a las asociaciones ciudadanas y conservacionistas con lo que se paralizaron las labores de investigación del proyecto a cielo abierto: esos suelos están protegidos de actividades extractivas por su buen estado de conservación y su cercanía a la ciudad.

La empresa matriz australiana Infinity Lithium, a través de diferentes empresas pantalla, continúa en su empeño de abrir la mina, ahora en galería, subterránea, y con otro nombre empresarial, Extremadura New Energies, a través de un entramado de permisos que se solapan en el espacio, la Montaña de Cáceres, y en el tiempo, con una Ley de Minas que les permite solicitar un permiso tras otro, en el caso cuatro.

Aunque se publicita el fin de la vía a cielo abierto, esta posibilidad no está totalmente cerrada y el caso se complica, porque persiste en el Tribunal Supremo, por un recurso del gobierno regional sobre una de las sentencias del TSJEx, mientras comienza la tramitación administrativa del proyecto en galería. Además la empresa promotora sigue recibiendo apoyo económico por parte de la Comisión Europea, la última ayuda pública a través del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. También tiene el apoyo por parte de la Junta de Extremadura, y el Ayuntamiento de Cáceres.

Contexto geológico 

La ciudad de Cáceres se ubica en una penillanura de antiguas rocas duras al oeste de la Península Ibérica. Los ríos Tajo y Guadiana se encuentran a unos 50-60 kms de distancia, al norte y sur respectivamente, mientras que, junto a la ciudad, un sinclinal, una cubeta tectónica con roca porosa, aloja un acuífero subterráneo de 13 hm³ de capacidad, de los cuales 3,07 hm³ son renovables. Este acuífero mana a la superficie ininterrumpidamente todo el año en varios puntos durante todo el año, uno de ellos una surgencia que da origen al Marco, el único río que pasa por la ciudad, origen de los primeros asentamientos humanos primigenios en la ciudad, como el de Maltravieso.

Este acuífero subterráneo ya se enfrenta a los problemas típicos de estos recursos por la mala planificación urbanística o permisibilidad de las autoridades: contaminación, extracciones sin control, urbanización, industrialización sin protección... a pesar de ser reconocido periódicamente en las últimas décadas, en cada episodio de sequía estival, como un recurso que debe ser protegido. Como prueba de ello, el Ayuntamiento ha aprobado mociones al respecto en 1990, 2018 y en 2021, todas ellas sin resolver.

En el flanco al norte del sinclinal, existen unos filones que emergieron entre pizarras en el Silúrico mineralizándose estaño y litio, entre otros minerales. Se explotaron durante el siglo XX en pequeñas galerías de poco rendimiento y cuyos resultados son hoy testimoniales por tratarse de una actividad minera de poca envergadura.

Se hace importante destacar que alrededor de Cáceres existe una gran superficie desarbolada dedicada a la ganadería durante siglos. Entre esta amplia extensión con muy baja densidad de arbolado destacan la ciudad y, junto a ella, la Montaña de Cáceres y la Sierra de la Mosca con una gran extensión de monte mediterráneo bien conservado, olivares tradicionales y dehesas, así como monte aclarado para la ganadería extensiva típica de la región. Tanto la Sierra como los árboles cumplen importantes funciones para la ciudad y la ciudadanía, entre ellas la regulación de temperaturas, mejora de la calidad del aire, control de la erosión, o filtrado del agua entre muchos otros.

La Protección del Acuífero Subterráneo

Las instituciones públicas, la administración local, regional y estatal, a pesar de la necesidad de reconocer y proteger esta masa de agua subterránea, ignoran y desprecian este acuífero manifestando apoyo expreso al proyecto minero de extracción de litio. La solicitud de protección más reciente fue promovida por la Plataforma Ciudadana Salvemos la Montaña de Cáceres, que se opone al proyecto de mina de litio junto a la ciudad, en la Montaña de Cáceres, por sus evidentes impactos dada su situación con múltiples instalaciones sobre el acuífero de El Calerizo, y la extraordinaria cercanía al núcleo urbano, a tan solo 1km, entre otros riesgos.

Tras una campaña de crowdfunding costeó en 2021 la realización de un informe detallado sobre la existencia del acuífero subterráneo El Calerizo y la amenaza real que supondría una mina de Litio, en aquel momento aún proyectada a cielo abierto, y se solicitó a la Confederación Hidrográfica del Tajo el reconocimiento como masa de agua subterránea y su protección. Se instó al ayuntamiento a apoyar la iniciativa, lo cual se obtuvo mediante aprobación en pleno municipal.

La respuesta a la solicitud por parte de la Confederación Hidrográfica del Tajo, organismo estatal responsable de la gestión de aguas de la cuenca del Tajo, fue que no tenía datos suficientes, que por el momento no reconocía esta masa de agua subterránea, y por tanto no la protegería. Bajo nuestro conocimiento, la Confederación no ha llevado a cabo acciones que les permitan obtener estos datos. 

Una empresa minera que actúa según el manual

La empresa minera aprovechó esa respuesta, cambió de nombre a Extremadura New Energies, su discurso y su proyecto de minería a cielo abierto a otro de minería subterránea en galería con una doble intención: una maniobra de lavado de cara, puro y descarado “greenwashing”, y para intentar esquivar la legislación urbanística que prohíbe las actividades extractivas en el Valle de Valdeflores, en el centro de la Sierra, donde se ubica el yacimiento.

Con una mina en galería no solo no se reduce el impacto sobre el suelo, el agua o las poblaciones vecinas, sino que además los representantes de la empresa minera y de las administraciones públicas pretenden ocultarlo. Aumenta descaradamente la afección a las aguas subterráneas y aumenta la cantidad de energía requerida para la explotación.

Al mismo tiempo ha comenzado una agresiva campaña publicitaria de la empresa minera, tanto copando noticias y espacios publicitarios en la prensa local y regional ensalzando las virtudes del proyecto, como a través de su Fundación creada para patrocinar equipos deportivos, ferias de artesanía o premios locales al cine entre otros. También imparten cursos de formación, curiosamente ninguno sobre minería, sino sobre baterías, actividad que no tiene que ver con el proyecto de mina ni la planta de tratamiento de hidróxido de litio presentado, lo que no ha impedido que esta “Academy” sea subvencionada por el servicio público de empleo regional con el dinero de todos. 

No podía faltar el caso de “puertas giratorias” cuando la empresa contrató en 2020 al que solo unos días antes fuera concejal y antes coordinador regional del partido político Ciudadanos como jefe de relaciones institucionales. Poco después aparecía entrando al despacho del presidente de la Junta de Extremadura, gobierno regional entonces del PSOE, a tomar un café según el presidente, Guillermo Fernández Vara.

La guinda del pastel

En los últimos meses la empresa minera, junto con la prensa y los representantes políticos, se esfuerzan por mostrar una cara amable, sostenible incluso, del proyecto. Irónicamente han llegado a comunicar acuerdos con propietarios de los terrenos afectados, hoy con miles de olivos, principalmente en la zona proyectada como escombreras, balsas y planta química, además de alcornocales y encinares, almendros, olivos, castaños,.. en la ubicación del yacimiento. Todos ellos proporcionan empleos sostenibles en la zona.

En realidad las amenazas de expropiación parecen conseguir sus objetivos con dos propietarios, que han alquilado sus terrenos. La empresa minera es sibilina y no compra los terrenos, sino que los alquila, dejando en el futuro suelos contaminados a los propietarios, que en el caso de Cáceres la empresa reconoce altos niveles de arsénico y sulfuros. El culmen de mentiras ha llegado recientemente, cuando han presumido en la bolsa australiana de la realización de pozos de sondeo sobre el acuífero del Calerizo, mientras en la ciudad trataban de desvincularse diciendo no tener nada que ver con esos pozos, 4 contabilizados por el vecindario, e intentando hacer creer que el agua utilizada en la mina provendría de la estación depuradora de aguas residuales de la ciudad. En los comunicados a sus inversores anuncian, además, conocer mejor el terreno gracias a esos pozos.

Del mismo modo en el primer proyecto se hacía referencia a la conexión existente entre el acuífero subterráneo de El Calerizo y otro sistema de aguas subterráneas existente en la Sierra. Sin embargo, en los nuevos documentos han eliminado esa relación tratando de restar importancia a su interés por utilizar el agua alumbrada, esto es, existente en el subsuelo, así como de rellenar después las galerías con un 60% de los residuos tóxicos de la propia mina. El resto de residuos se almacenarían en superficie.

Defensores y detractores

Esta amenaza a la legislación existente y al agua de la ciudad de Cáceres se hace en nombre de la Transición energética y con el apoyo de la Comisión Europea, a través de la Alianza Europea de las Baterías. Como así ha manifestado el vicepresidente de la Comisión Europea Maros Sefcovic en alguna ocasión con algún representante de la empresa.

Recientemente, en 2023, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España ha aprobado una subvención de 18,8 millones de euros a la empresa minera para su proyecto, a pesar de no ser real ni estar aprobado. Dinero que se suma a otros fondos públicos previos de la UE a través del Instituto EIT InnoEnergy.

Durante los primeros años desde la presentación del proyecto la entonces alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado del Partido Popular, rechazó el proyecto por los pocos puestos de trabajo que supondría y el elevado impacto de la misma. Esa oposición, motivada por la movilización ciudadana, no hizo desistir a la empresa, y desde hace años, el apoyo al proyecto ha sido expreso por parte del siguiente alcalde de la ciudad, Luis Salaya, del Partido Socialista así como recientemente el nuevo concejal de Urbanismo, Tirso Leal del PP, que ha llegado a manifestar en prensa que el Plan General Municipal , o Plan de Urbanismo de la ciudad no prohíbe expresamente la minería en galería por lo que podría autorizarse, cuando el PGM prohíbe expresamente “las actividades extractivas” en esa ubicación. En otros suelos el PGM establece una distancia mínima a la ciudad de 2 kms.

La posición del Ayuntamiento es ya clara a favor de la mina. Por un lado, el concejal y la sección de urbanismo han cambiado de postura en contra de sus informes anteriores de estos 6 años, los cuales incluso habían defendido en los tribunales y que concluyen que las catas suponen una actividad extractiva. Por otro lado, el nuevo alcalde dice no saber nada del proyecto a pesar de haberse reunido con la empresa y con la Plataforma ciudadana, dando por buenas las actuaciones de urbanismo.

Del Gobierno regional no queda duda tampoco pues no cesan de aparecer en prensa declaraciones a favor del proyecto, las últimas de la Portavoz del Gobierno de la Junta de Extremadura, del PP, así como del consejero de Economía, Empleo y Transformación Digital. La actual presidenta de la Junta, María Guardiola, de Cáceres, del PP, rechaza desde su nombramiento las peticiones de reunión de la Plataforma, aun habiéndose reunido con la empresa minera. El nuevo representante del PSOE, ahora en la oposición en el gobierno regional, ya ha manifestado que siempre apoyó la iniciativa de la empresa minera, aun a cielo abierto. Lo que ha olvidado añadir es que esa iniciativa que apoya va en contra del ordenamiento jurídico y en contra de los intereses generales de la población, según diferentes sentencias judiciales.

Afortunadamente la jurisprudencia da la razón a los argumentos de la Plataforma Salvemos la Montaña y otras organizaciones y defiende los intereses generales de la ciudadanía.

Seguiremos frente a los planes de algunos políticos y la empresa minera, siempre en defensa de la legalidad, el agua, el aire, la salud, el suelo, los árboles, la economía sostenible,... en contra de proyectos altamente contaminantes y que sobreexplotan nuestros recursos, especialmente, el agua.