El Gobierno español pone precio a los ríos

Los nuevos planes de cuenca, que recuperan el espíritu del Plan Hidrológico Nacional de 2001, apuestan por la construcción de grandes infraestructuras para vender y mover agua

El plan que está sobre la mesa abrirá la gestión de los ríos a los mercados y los intereses privados

Los expertos alertan de que en este contexto podría materializarse un posible Trasvase del Ebro

"Empresa multinacional del sector medio ambiente busca incorporar a un/a responsable de mercado de comunidad de regantes. Su misión consistirá en impulsar y desarrollar el mercado de regadío". Se venden ríos, se vende agua y hacen falta intermediarios. Ofertas de empleo como ésta modifican el futuro curso y caudal de los ríos de la península. Los planes del Gobierno, articulados en los nuevos planes de cuenca como el del Ebro, esbozan un nuevo mapa hídrico.

"Este mismo año, una vez terminada la ordenación de todos los ríos, comenzaremos a negociar para alcanzar ese gran Pacto Nacional del Agua", germen a su vez de un futuro Plan Hidrológico Nacional, adelantan desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Está sobre la mesa la construcción de una red de infraestructuras que facilite la comercialización del agua, una postura que abrirá la gestión de los ríos a los mercados y a los intereses privados.

"Si la tierra da poder, el agua mucho más", asegura el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Valencia Fransesc La Roca. Y los aguatenientes están moviendo ficha. Las concesiones de agua de los regantes se pondrán en venta, creando un nuevo comercio que moverá el oro azul mediante trasvases privados. Los mercados de agua, nacidos en 1999 como una medida excepcional para solventar momentos de sequía, se consolidarían como un mecanismo de gestión habitual, según los expertos consultados. En el diseño de este nuevo entramado, todavía en formación, los ríos se convertirían como simples contenedores de agua.

La idea no es nueva. Los especialistas consideran que la acción del ministerio se retrotrae al Plan Hidrológico Nacional de 2001, que preveía, entre otras actuaciones, varias presas y embalses, así como el Trasvase del Ebro, proyecto que vuelve a sonar. No admiten abiertamente su intención "porque siguen gobernando en Aragón", apunta el economista Pedro Arrojo, quien con sus cálculos económicos ayudó a desmantelar este polémico proyecto hace unos años; "pero lo tienen en la cabeza", completa el responsable de agua en Ecologistas en Acción Santiago Martín-Barajas.

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